Ibejis
También realizan Ibejis al puro estilo yoruba, sus más próximos vecinos, y Homovi o Venavi, las muñecas fetiche de fertilidad realizadas con un concepto similar, aunque esta producción puede ser factura de pueblos al oeste, como los ewe, ga ewegbe en realidad, adja o ga adangbe y anlo; en cuyos textos específicos, quien esté interesado, encontrará la explicación precisa sobre este apartado puesto que son estos otros pueblos los que más interactúan con él. No obstante además de lo que aquí se expone, más adelante abundaremos en este mismo texto, sobre este tema.
Los gemelos nacidos de la familia real debían ser venerados porque se los veía como signo de fortuna inminente. Por lo general, los gemelos se unían al ejército y las gemelas pasaban a ser potenciales esposas del Rey. Si los gemelos eran niño y niña, no adquirían ninguna consideración especial
Las mujeres que tenían trillizos eran muy honradas porque se consideraba que tres es un número que atrae la fortuna. Existían rituales especiales para el tercero, sexto y noveno hijo, considerados afortunados. Mientras que al quinto hijo se le tenía por desafortunado y trasmisor de desgracias. Las familias con muchos hijos son muy respetadas, mientras que las mujeres estériles eran repudiadas y vilipendiadas.
Homovi
A estas muñecas las llaman Homovi al oriente de Benín y Venavi al sureste.
Están hechas con madera del arbusto de kapok.
Pero para entender por qué y su concepto de creación, ellas son para una madre o el deseo de serlo, el Indon, la fuerza vital, la fuerza de la vida trascendente, el receptáculo de la energía divina, corporizada o por corporizar.
Aunque raramente hacen otras figuras que no sean las reseñadas, se pueden observar algunas figuras que reflejan ancestros, como las representadas en las fotos con Marcel Griaule de más arriba.
Con respecto a las homovi o venavi, cada grupo las presenta con diversas características particulares, aunque lo más singular solían ser los vestidos o aditamentos con los que las cubrían y que los europeos les quitaron; suelen tener 12 o 15 cms. y casi siempre inferiores a 20 centímetros, con cabeza grande trapezoidal o redonda, de hasta un tercio de la altura y nunca menos de un cuarto.
Con brazos sueltos despegados, pero longitudinales al tronco y proporcionados al resto del cuerpo.
Morfología de las Homovi
Tronco y piernas son esquemáticos pero bien proporcionados entre sí, y piernas separadas rectas o en un ángulo de entre 10 a 15 grados y sobre una base, similar en anchura a la cabeza y señalando todos los atributos antropomorfos, bien de varón o de mujer.
La cabeza suele presentar el pelo bien peinado y remarcado, ángulos ciliares pronunciados y cejas marcadas.
Si son del tipo yoruba presentan ojos protuberantes, pero no si son del estilo adja, con oquedad ocular convexa donde resaltan ojos almendrados recortados, con parpados insinuando introspección.
Nariz muy delimitada ligeramente sobresaliente y boca pronunciada donde suelen observarse ambos labios.
Curiosamente, casi todas llevan ‘zapatos’, pintados, mayoritariamente de color negro o al menos oscuro.
Esto serviría también para definir las aklama, figuras del mismo tipo pero que aparecen con piernas y brazos rotos aunque reparados, o presentarse la figura sin uno de los miembros o alguna malformación. Esto se debía a la pretensión de preservar a los niños de caídas y roturas de huesos, así como a los cazadores, y al igual que las figuras se arreglaban, en el caso de accidente, solicitar la rápida curación del afectado.
las aklama
Aunque en las colecciones y museos aparecen desnudas y con madera clara, realmente estarían cubiertas de hollín, negro de humo, mezclado con libaciones escupidas y polvo blanco de esteatita; normalmente vestidas o envueltas someramente, pero no ocultas, con diversas cuerdas o finas tiras de rafia y las aklama habitualmente con pequeñas nasas sobre la cabeza, pues era como tener presentes o atrapados los deseos.
Todo esto que era lo que personalizaba a la figura, fue eliminado por los europeos que solo ‘veían arte’ en lo básico, la madera limpia, eliminando aquello que unía a la persona que la había encargado con el espíritu que representaba y que para el africano le permitía reconocer a dicho espíritu y que esta le reconociera y apreciara la veneración y deseo que tenía por él.
Aunque parece que comparten con los yoruba el objetivo de la creación de estas piezas, que pasa por la procreación y deseo de tener hijos y que los partos sean buenos, esto es más por la presión de los blancos y de lo que de ellos sacan desde hace años, que porque realmente sea así. Los deseos de yorubas, fon, ewes, ga gbe y otros, aunque similares, no son idénticos.
Nigeria
En esta zona fon, limítrofe con Nigeria, suelen estar cargadas de materia sacrificial que suele ser de resina de conífera mezclada con alguna materia orgánica y o restos de carbón, hollín, o arena pulverizada; las más modernas, años treinta y… en adelante, presentan esta misma substancia pero con goma arábiga como aglutinante.
Estas piezas pueden estar acompañadas de parafernalia diversa, elementos complementarios que le otorgan la fuerza de requerimiento que ellos crean que ayuda a la consecución del objetivo.
Cuando creen que la figura ha contribuido a la consecución del propósito por el que fueron hechas reciben el nombre de Zawadi, “regalo del cielo”.
Los adja
Los adja, no fon, son los más abstractos, es la mínima manipulación con el máximo resultado. Suelen ser diferentes y por lo mismo impactantes. Insinúan con precisión, pues es obvio el objetivo y se aprecia al primer vistazo. Curiosamente no se encuentran, al menos yo no, fotos de ninguna época donde se vea a una mujer portando estas figuras, mientras que sí se encuentran de las otras, con tallas más elaboradas y del gusto occidental imperante.
Estas muñecas a veces son muy simples, con poco más que un trapecio por cabeza dividido en dos planos, a veces, con muy escaso trabajo de talla aunque sí de ahuecado y el cuerpo tosco aunque definido.
Ellos solo necesitan mostrar cada uno a su manera lo que más les interesa. A saber, que tiene todo lo necesario, brazos, piernas y sexo, pero sobre todo una gran cabeza, lo que como ya sabéis es inteligencia y raciocinio para utilizarla, y pies, grandes, para asentarse bien en la tierra. Nada como alimentar a un hijo, y rogar por él. A la par que desear, bien que descansen en paz los perdidos o que se incremente o esté en camino, la familia con un nuevo integrante. Ese es el fundamento principal de estas tallas.
el Abiku
Esto se refleja en el Abiku, término que indica un ritual de origen yoruba que se expande por entre los fon, adja, ewe y los yoruba de la zona, sobre todo en Lomé ya en Togo en la actualidad, aunque implantado ya en Dahomey cuando el reino se creó; no hay que olvidar lo complejo de los distintos pueblos, sus alianzas y uniones de modos, reglas y gentes y que los fon no hubieran sido nada sin los conocidos como adja, que realmente deberíamos llamar ga adagbe, como anteriormente se ha dicho.
El conjunto de los fon y los ga adagbe formaron los dahomen, que iniciaron el reinado Dahomeyano, que abarcaba tanto parte del actual Togo como parte de la República Popular de Benín de hoy. Recordar foto de inicio.
Entrando en materia: Abiku es el habitante demoníaco del bosque, que causa la muerte de los niños sin incisivos por lo que estos pasan a su vez a ser Abiku, los espíritus de los niños que mueren antes de llegar a la pubertad; un niño que muere antes de los doce años de edad más o menos, pasa a ser llamado Abiku, como el espíritu, o espíritus, que le causaron la muerte.
Yoruba
Durante ese periodo y tras tener el niño incisivos, recibe las escarificaciones tribales, que también reciben el mismo nombre, Abiku, iguales a las yoruba, que consisten en tres incisiones en cada mejilla y que para ellos son la única forma conocida de proteger a un niño.
Eso no quiere decir nada con respecto a las tallas que se ponen y suelen verse, que pueden corresponder tanto a cualquier pueblo de la agrupación ga gbe, como los ewe, ga ewegbe, ada, aja o adan que son los ga adagbe o los fon, que no pertenecen a la agrupación ga pero si comparten ese idioma y los cultos que los adja ewe, los ga, les trajeron desde Oyo, el reino yoruba.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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