Fetiche Vudú de los Fon
Esta pieza, como vemos, consta de un bocio, fetiche de madera típico de este pueblo. Sabemos que para ello el tallista, normalmente el herrero, actuaba a las órdenes del adivino o Fa, o del mismo oferente del rito, el Bokonon, solicitando previamente al árbol extraerle dicha madera, y el beneplácito para su ejecución.
En la parte central, a base de cera, miel y látex de distintas plantas, todo bien amalgamado, se adosa un espejo que servia y sirve a los iniciados, como advertencia de que no deben interferir, ni inquirir, ni alterar el conglomerado, so pena de quedar el alma del reflejado en él, usurpada y a disposición del poder del fetiche.
Sobre el fetiche de madera, se adhieren dos botellas de licor blanco, ginebra especialmente, que para que surta el efecto previsto, preferentemente debe haber sido bebido por blancos, y conservar sus tapones originales.
En ellas quedaran encerradas y a disposición del oferente, las almas o espíritus de los elegidos.
Las dos pequeñas figuras de madera ajustadas a dichas botellas, simbolizan a dichos personajes en su parte física, o Agbaza, aquella que quedará a merced de las indicaciones del bokonon, oferente.
el bokonon
Para que dichas personas sean reconocidas inequívocamente, se depositan en el interior de la calabaza adosada al conjunto, restos orgánicos de dichos individuos, como cabellos, uñas o cualquier otra materia orgánica proveniente de ellos.
Todo ello queda convenientemente “atado” con tiras de tejido bien impregnadas de substancias vegetales adherentes y otras, solo conocidas por el oferente, que le confieren protección y a la que se añaden cauris, como símbolo de estatus y poder, sobre todo lo cual se efectúan libaciones y sacrificios.
Remata la figura un paquete a modo de las auras que se ven en los santos católicos, puro sincretismo, que guarda en su interior el conjunto de potentes substancias mágicas que el bokonon a introducido para conseguir sus fines. Estas substancias, hechas con sangre, aceite de palma, cerveza o restos de animales sacrificados, son básicamente lo que otorga el poder a la pieza.
Cuelgan de ella trozos de auyama, calabaza, símbolo de integración con la naturaleza y sus poderes.
El pueblo Fon de Benin
Explicada la parte material de los diversos componentes de la pieza, es complicado hacerlo sobre su utilidad.
El pueblo Fon, en Benin, mantiene unas creencias determinadas referentes a la posesión de alguien por otra personalidad anímica distinta y la creencia muy acendrada en la reencarnación.
Mientras, a miles de kilómetros, en Haití, los descendientes de este mismo pueblo Fon, basándose en lo mismo, han elevado estas creencias, bien producto de autoprotección o para mantener el estatus de poder de sus oferentes.
Estando por otra parte, muy mediatizados por los constantes demandas que los turistas o antropólogos e historiadores de un día han demandado, tras ver o creer los mitos que cuentos o películas han mostrado, siempre con la idea de hacer caja y unas veces hasta con cierto grado de entretenimiento aunque escasa veracidad.
Pueden presentarse ritos, donde determinados individuos son “poseídos” y sus cuerpos sujetos a actos más o menos veleidosos o incongruentes y otros donde niños, aparentemente, y en esto si que creen, son ocupados por los espíritus, Loa, de determinados difuntos que esperan turno para encontrar un cuerpo donde reencarnarse.
El termino zombi
El termino zombi tiene un origen poco definido, proveniente casi con toda seguridad de la síntesis de varios vocablos africanos que unidos al francés y español, lenguas habladas por esa amalgama de gentes que formaban la población de Haiti, conforman un lenguaje al que se denominó criollo.
Decíamos, que en origen, se utilizaba para conseguir que un individuo actuara como médium y trasmitiera sobre todo solicitudes y demandas a sus antepasados, del que algún hábil intermediador hasta daba respuesta.
Después se consiguió que el difunto se corporizada en el cuerpo del abducido gracias al buen hacer del oferente o Bokonon, que mientras duraba la ocupación tenía que dejar a mano los espíritus de los cedentes.
Los ritos de Vudun o Vudú, en Benin, tiene como fin conectar con los espíritus del otro mundo o reprimir las fuerzas malignas.
Para los Fon, Vudú es dios o el espíritu. Un iniciado buscará estar poseído por un espíritu, Vudú, elegido por el, o en otros casos puede ser capturado por un espíritu, Vudú, que le ha elegido. Sea como sea dependerá y buscara el resto de su vida a ese espíritu.
Mawu
En sus creencias se dice que cada descendiente de un clan, es parte, de la parte no humana, espíritu, luego Vudú, del antepasado fundador. Ellos por tanto creyendo en un solo dios, Mawu, tienen la idea de que todos somos dios o parte integrante de él, vamos, como casi todas las religiones cristianas.
Creen en la reencarnación, por lo que el alma del muerto, loa, se reencarna en el siguiente niño nacido que este libre.
El tambor se utiliza siempre con un significado especial, y en las ceremonias de Vudú inician el rito trasponiendo al iniciado en el trance que facilita al espíritu poseerle.
Su religión, por tanto, se centra en el culto a los antepasados cuya protección se busca a través de ofrendas anuales.
Para ellos Agbaza es el cuerpo físico que se desintegra, putrescible y corruptible
Outou es la entidad espiritual personal que rodea el cuerpo físico
Ye es la sombra
Winsangu, es el alma móvil, dinámica
Jni, el nombre que revela el ser
El Indon, la fuerza vital, la fuerza de la vida trascendente, el receptáculo de la energía divina
Ai, es la conciencia íntima, la cuna del pensamiento
Honhnlon, la fuerza que protege y destruye
Se, es el espíritu inmortal imperecedero, el espíritu divino resucitado del difunto.
Los loa
Los loa reciben su poder de Mawu, Dios y de este obtienen la facultad de intercomunicación entre Él y sus fieles. Parte de la creencia vudú es que los loa se comunican con sus seguidores a través de la posesión. Los loa desplazan temporalmente el alma de su anfitrión, o medium, y toman el control de su cuerpo. Según esta creencia, el medium no puede sentir dolor o acabar lesionado mientras esté poseído.
Los loa hablan a través del medium, a menudo dando instrucciones, consejos o profecías de hechos futuros. A veces, un loa reprende a sus seguidores por no cumplir con sus deberes para con el, su familia o su comunidad.
En algunas tradiciones del vudú, hay personas elegidas que tienen el privilegio de ser poseídas. En otros, el loa puede optar por poseer a cualquier persona en cualquier momento. Esta idea de que los espíritus poderosos o influyentes pueden poseer a la gente, une dos formas distintas de Voodoo:
Uno existe principalmente en las partes norte y centro de la costa de África occidental. El otro se practica principalmente en Haití, así como en partes de Norteamérica y Centro y Sudamérica.
tradición oral
Los libros que exploran una u otra forma a menudo explican la religión a través de una serie de historias o anécdotas en lugar de como un análisis sencillo. Hay varias razones para esto: En primer lugar, el vudú es una tradición oral sin un texto sagrado primario, libro de oraciones o conjunto de rituales y creencias. En segundo y muy importante, radica en que dependiendo de las diferentes regiones, las prácticas del vudú, los nombres de los dioses y otros rasgos pueden variar considerablemente, pareciendo que se tratase de distintas religiones.
En todas partes, sin embargo, esta religión hace uso de una gran cantidad de rituales y observancias, que afectan la vida de los seguidores en el día a día, pudiendo hacerse una amplia lista de dichos rituales y observancias poco prácticos, aunque seguidos multitudinariamente.
En muchos sentidos, el vudú es una religión personal. Sus seguidores tienen experiencias directas con los espíritus y loa, y estas experiencias pueden ser dramáticamente diferentes de un lugar a otro y de una persona a otra.
Vodun
Reconozcamos, junto con el experto, Barthélemy Adoukonou y mayoría de antropólogos y estudiosos, que la definición de vudú no es una tarea fácil, incluso para los adeptos al Vodun. Las expresiones que utiliza el Fon, sumo sacerdote, como: vudú gongon, vudú d’ablu – “el vudú es profundo, el vudú es oscuro”, lo dicen todo. Es por ello que, como Robert Sastre, dijo, “hay que hacer referencia al contexto social y cultural que da lugar al vudú con el fin de comprender lo que el vudú es en realidad”.
Estudio, datos y documentación:
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