Kumukanda
Es el nombre con el que se conoce lo que llamamos ‘rito de paso’, del hasta entonces niño, a su admisión o inclusión en su sociedad como adulto en África Central. Son numerosos los pueblos que realizan con este nombre este ritual, entre ellos los Pende, Lunda y Tsamba, pero también y tal vez con más alharaca, los Chokwe, Luena y Mbunda sobre todo, pero también los Yaka, Suku y Ngangela, entre otros, desde las actuales Zambia, Angola, R. D. del Congo y R. del Congo hasta incluso los límites con los países aledaños a estos.
Lo básico, lo litúrgico, es similar en todos aunque sus creaciones difieran.
el yipheesolu
A los niños, se les apartaba de sus familias y se les reúnía, dependiendo de la zona y otras circunstancias entre los ocho y los dieciséis años, en un claro del bosque habilitado para ello, el yipheesolu ‘el lugar sagrado’, no muy lejos de la aldea pero reservado.
Esta era durante meses, su escuela para la vida futura, aunque mukanda era de por vida sinónimo de aprendizaje contínuo. Como en todas partes, de lo que trata el ‘rito de paso’, es ‘pasar’ de la antigua vida que como niños tuvieron a la nueva que tras la circuncisión se les presentaba como adultos.
Se lloraba la muerte del niño y se celebraba alegremente su inclusión como hombre. Durante ese período aprendían disciplina, habilidades de supervivencia como la caza y todo lo que se necesitaba saber acerca de las mujeres, pero sobre todo a cómo ser un buen marido y padre, tras lo cual se procedía a la circuncisión.
Los hombres no circuncidados estaban considerados como sucios, antihigiénicos. Se iniciaba tras la recolección de la cosecha y terminaba al llegar las lluvias.
Cuándo se realiza el Kumukanda
Kumukanda , dependiendo de la zona, se llevaba a cabo cada uno o cinco años.
Se dice que antes, en algunas zonas muy rurales, donde el Kumukanda se mantenía en su sentido tradicional estricto, que si una mujer se acercaba a un chico del campamento del bosque mientras estaba sometido al Kumukanda , ella debía ser castigada, e incluso en ocasiones ambos podían ser condenados a muerte.
El Kumukanda comprendía cuatro fases distintas; una primera de preparación del campo de iniciación, Yipheesolu, que duraba varias semanas, a continuación el momento en sí de la circuncisión, siguiendo las fases de aislamiento de los jóvenes en el recinto durante cerca de tres meses. Finalmente llegaba la ocasión de mostrar lo aprendido con las danzas de exhibición de las máscaras, recorriendo los recién circuncidados y otros bailarines, el campo de iniciación y las aldeas vecinas.
Entre los Pende, el uso de las máscaras tenía relevancia durante estas dos últimas fases, pudiendo casi establecerse la distinción entre máscaras usadas en el interior del recinto de circuncisión, durante el Lutoyeso, proceso inciatico previo y fuera de él, durante las danzas Basonga Mukanda..
los tundanji
Las primeras nunca son bailadas por los jóvenes circuncidados, los tundanji, pués estan destinándas a protegerlos contra espíritus maléficos, e impresionarlos, no ocurriendo lo mismo con las últimas, a las cuales los jóvenes ya tienen acceso. Visto que las danzas con máscaras, con las cuales se concluyen los rituales de circuncisión, simbolizan la ruptura con la infancia y el ingreso en la vida adulta, el jóven será considerado ya, apto para procrear y desempeñar todas las funciones de un hombre.
Basonga Nkanda
La máscara ya no será un secreto para él, no obstante no puede desvelarlo pues lo seguirá siendo para los no circuncidados y las mujeres.
Las máscaras, por sus formas, sus colores y también por el movimiento que le confiere el danzante, divierten a los asistentes al Basonga Nkanda. Pero al mismo tiempo que divierten, impresionan a los jóvenes antes de la circuncisión, cuando todavía no han desvelado sus secretos y suscitan la emoción en quien las ve en movimiento.
Esa emoción, como el misterio que la envuelve, contribuye para salvaguardar entre la comunidad, el respeto por los principios sagrados, por lo que durante los rituales de iniciación, funcionan como objetos religiosos. No obstante fuera del contexto de estos rituales dejan de tener utilidad y son por tanto destruidas. El ritual de destrucción de las máscaras a dado paso en las últimas décadas, a la posibilidad de su venta, lo que ha permitido que existan algunas de estas máscaras en manos de museos y coleccionistas.
la finalización del mukanda
Para celebrar la finalización del mukanda, las gentes les daban la bienvenida a los ya tundanji a su regreso al pueblo con los festivos Mbuya y Minganji Gitenga, que con sus máscaras y trajes constituían un personaje determinado; previamente, la noche anterior, los danzantes escogidos tomaban sus máscaras y acudían al cementerio a dormir, obviamente bien pertrechados de fermentos y alucinógenos, permitiendo a los espíritus de sus antepasados que entraran en ellos, siendo al día siguiente, en que aparecían en el pueblo con sus máscaras.
Aunque algunos miembros de la comunidad sabían más o menos quién participaba, no sabían quién en realidad llevaba tal o cual máscara.
Las máscaras representan carácteres específicos, se cree que son una manifestación de los espíritus de los antepasados muertos que regresan al mundo de los vivos, por lo que puede aparecer cualquier enmáscarado.
El rito de paso
El rito de paso, se realice en el lugar que se realice, es el instrumento, unas veces secreto y oculto, y en muchos casos excesivo y grandioso, del que se vale la sociedad para instruir a los iniciados, pues para los niños se trata de ‘jugar’ al descubrimiento del hombre.
Es cuando se congregaba a los niños de la región, y los ancianos, reunidos, decidían celebrar el mukanda, el rito de transición a la edad adulta. Se seleccionaba un pueblo de entre los que habían enviado niños, donde se construía el recinto del mukanda, generalmente solía ser el que más niños presentaba. Ese era el momento en que los primeros mbuya y minganji hacían su aparición. Eran los espíritus de los ancestros que regresaban al mundo de los vivos para guiar, ayudar y proteger a los niños y al pueblo, durante esta época de transición. Los espíritus ancestrales enmascarados iban de pueblo en pueblo anunciando que el Mukanda estaba cerca. Toda la región adquiría un aire festivo y espectante.
Kapu kulu
Alguno, semeja un ser hermafrodita zoomorfo, cómo entre mono y pájaro, que era fundamental en los partos y sobre todo en el momento crítico de dar a luz. En ciertas zonas se le conoce como Kapu kulu que dice la tradición nació circuncidado reafirmando que un humano tiene tanto de femenino como de masculino.
Y refieren que los huesos y dientes, las partes duras, provienen del hombre, mientras que la carne y la sangre provienen de las mujeres.
“Livulu lya Chisemwa es para ellos como su árbol genealógico o libro de orígenes y Mukanda wa Zambi es la ceremonia de Dios o la Ceremonia de Circuncisión, que da forma a su identidad como pueblo y sentido a la historia de este evento religioso.
El significado de la historia de los símbolos de Livulu lya Chisemwa es en realidad la historia de Mukanda wa Zambi que dentro de su peculiar sincretismo, también es el nombre de la Biblia de hoy en su idioma”.
La circuncisión no es solo extirpar el prepucio de los niños, implica disciplina y el entrenamiento para la vida adulta. El mukanda es un pacto con los antepasados. Los niños, perdida su infancia ‘han muerto’, para resucitar en el mundo de los adultos y establecer comunión directa con sus antepasados. Es por tanto un asunto religioso significativo.
Curación
Durante su curación los niños eran llevados al río para lavar la herida y purificarse. Era el momento en que los niños mientras se bañan, eran vistos por primera vez en el pueblo. Los enmascarados estaban presentes para celebrar el evento y retener a las ansiosas madres. Una vez que regresaban al campamento, los niños podían romper los jergones hechos con plumas donde dormían y hacerlo ya sobre sus esteras y mantas. También se les permitía usar cuchillos, cazar, usar fuego y recolectar madera, pues ya sabían. También se les instruía sobre lo que es tabú, y nunca divulgar los secretos de la escuela mukanda.
Los mbuya y minganji solían aparecer regularmente durante el ritual mukanda. Estaban presentes en la preparación del evento, en el ‘secuestro’ de los niños para la circuncisión y en el campamento para ayudar en la enseñanza y el baile de los niños, en su purificación y al final del mukanda. También iban a las aldeas para obtener avituallamiento, comida, dinero y otras necesidades para el mukanda y sus ocupantes. El proceso de mukanda era vivido sentido y experimentado por toda la comunidad. Era un evento comunal. Uno que envolvía a la región cada 5 u 8 años.
la graduación del mukanda
La última fase, la graduación del mukanda tenía lugar al final de la estación seca, entre octubre noviembre. Para ello se hacía acopio de gran cantidad de katsasu, su cerveza de mijo y de comida que se preparaba la noche anterior. Numerosos mbuya enmascarados comenzaban a hacer su aparición para las festividades. Vagaban por el pueblo bailando y actuando, lo que aumentaba la tensión y la emoción del gran día. Los niños eran llevados una última vez al río para su purificación total.
Luego regresaban al campamento. Más tarde, los niños, vestidos con faldas llamadas mafuti, curiosos tocados y adornados con símbolos geométricos en sus cuerpos, se presentaban. Los llevaban a un área cercana donde se agrupaban con los ancianos y recordaban sus juramentos de no divulgar los secretos de la escuela mukanda. Luego se llevaba a los niños en fila india al pueblo, donde se sentaban sobre tapetes especiales y se les daban regalos.
Bailaban y actuaban toda la noche, mostrando en público su bailecon orgullo, era una gran celebración que duraba hasta altas horas de la madrugada. En ese miso día, se prendía fuego al recinto de mukanda, todo debía ser pasto de las llamas.
El Nganga mukanda
La noche anterior al inicio del mukanda se preparaba mucha comida y katsasu, cerveza de mijo, para las festividades. Era una noche donde dominaba el jolgorio. Al día siguiente, los niños comían por última vez en el recinto, mientras los enmascarados comenzaban a recorrer la aldea. El Nganga mukanda, el médico del mukanda, preparaba a los niños untándoles en el pene un ungüento protector, el lisako. Luego eran escoltados al ‘lugar de la muerte’ de su infancia, el kateteveje. Muchos de los mbuya y minganjipermanecían en el pueblo manteniendo a raya a las madres y gentío, mientras que otros acompañaban a los niños. Los tambores batían fuerte para acallar los llantos de los niños.
El chikenzi, médico de pene, realizaba entonces la circuncisión. Los prepucios se guardaban y arrojaban al kabulu, un área acotada y la sangre se recogía en calabazas pues no debía caer al suelo. Se administraba otro ungüento sobre el pene y se envolvía y vendaba con telas limpias. Luego se llevaba a los niños a un lugar especial fuera del pueblo, elegido por el Nganga mukanda como lugar del campamento mukanda.
El lugar de Kumukanda
El sitio se elegía próximo al pueblo con la intención de que los niños y el pueblo oyeran los cánticos de unos y otros. Cerca, se designaba un árbol, sólo uno, donde los niños pudieran orinar, pues no se debe abusar ni alterar lo que nosotros llamamos ecosistema y ellos naturaleza. El campamento estaba construido con ramas y arbustos y sería el hogar de los niños durante los próximos meses.
Durante las primeras dos semanas del mukanda, los guardianes de la aldea más viejos atendían a los iniciados, cuidando que sus heridas se curaran. Era un asunto muy privado y pocos podían entrar al campamento. Estacas mágicas talladas, tal vez las que vimos antes, se colocaban en diferentes áreas alrededor del campamento para rechazar las fuerzas y espíritus malignos. También se erigían palos con sangre de animales conocidos como lusumba en diferentes puntos del campamento. Estos estaban ahí para advertir a las mujeres y los incircuncisos que no estaba permitido ir más allá de ese punto. Los transgresores eran azotados con cimbreantes varas y echados fuera.
símbolos circulares
El mukanda era visto como una entidad viviente que respiraba y mostraba su propio cuerpo. El campamento presentaba en su construcción, unos símbolos circulares que eran los ojos del mukanda, las ramas altas colocadas sobre los distintos habitáculos, eran las costillas. La pared central, que se levantaba de ramajes, hojarasca y algo de barro, era el cuerpo siendo las hojas el hígado.
Los ojos del mukanda quedaban por encima del ndambi una ventana a modo de boca, a través de la que se arrojaba la comida sobrante al kabulu, el lugar prohibido. A nadie le estaba permitido ir al lugar prohibido. El lugar donde se guardaban por la noche las cenizas del fuego se conocía como el ‘corazón’ del mukanda, y donde orinaban ‘la uretra’, nuevamente referencia al recinto como una entidad viva.
Nyasemi
Una figura en la parte posterior representaba a Nyasemi la ‘madre’, en algunas zonas reconocida como esposa de Nzambi, que da a luz a todos los mbuya. Los medicamentos de protección mwima, se guardaban en una cesta. El cuchillo del mukanda también se guardaba en esa canasta.
Un zanco con cabeza de pollo se conocía como mbunti y protegía el campamento. Durante este período, los niños o ‘estudiantes’ se veían obligados a seguir las reglas muy estrictamente. La obediencia y la disciplina eran cruciales.
Durante la comida a nadie se le permitía hablar o moverse. Cualquier desobediencia resultaba castigada sin comer. Los niños debían dormir en recintos individuales muy delimitados, similares a corrales hechos con estacas clavadas en el suelo y ramajes. Dormían directamente en el suelo, sin ninguna cobertura. No tenían permitido usar encender o tocar el fuego.
También pasaban muchas horas sentados, sin hablar ni moverse. La desobediencia conllevaba un azote. Los ancianos se aseguraban ser obedecidos tanto por los asistentes como por los niños. Los jóvenes iniciados se sentaban en sus taburetes, chitavamo cha peto, que después usarían como reposacabezas.
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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