Cultura y religión Igbo
Para los Igbo la cultura es básicamente religión, por eso le dan el nombre de Omenala ndi Igbo, y recordemos que Omenala como Odinani son maneras de llamar a su religión. Y no hay otro propósito en sus manifestaciones culturales que recordar las normas para mantener el equilibrio, y guiar y proteger a los que las cumplen, pues cuando uno va en contra de las reglas establecidas, dadas por todos, siempre hay consecuencias.
Iri ji ọhụrụ ndi Igbo significa ‘Festival del nuevo ñame de los Igbo’, es una de las prácticas culturales más populares, que han permanecido hasta el día de hoy. Se celebra tras su recolección, siendo Iri ji ‘comer el nuevo ñame’.
Antes era una celebración peculiar en que cada reino establecía su fecha para llevarlo a cabo en función de no hacerlo a la par que otro y recoger su cultivo adecuadamente, pues iba en ello presentar un festival que deslumbrase a los asistentes, pero sobre todo a los competidores de los reinos participantes.
Otros festivales culturales del País Igbo eran los de Igba nkwu, Iwa akwa, y por supuesto los de mascaradas, entre otros.
Tradiciones
Cada clan Igbo tiene un jefe, y este tiene sobre sí a otro que puede estar a su vez subordinado al principal gobernante, pero a todos se les da el título de Eze o a veces Igwe o ‘celestial’, lo que abstraído ya hemos visto que los europeos tradujeron como rey.
Pues es responsabilidad del rey, sea del estrato que sea, que junto a sus consejeros, conocidos como Ndi nze u Ozo fijen las fechas para las fiestas de ñame y de las mascaradas. Dándose por tanto en varias zonas dichos festivales, como veremos en el apartado correspondiente.
Hay que tener presente que el origen de Odinani es Nri, y es por ello que lo que fue importante allí, lo fue para el resto del pueblo Igbo, asimilando todos por ejemplo los tabúes o prohibiciones y también los símbolos.
Los primeros, los tabúes, se centraban en seis, a saber:
- 1º Los relativos a humanos, por ejemplo tener gemelos que lo consideraban mal presagio llegando a matarlos.
- 2º Sobre animales, que curiosamente y dependiendo solían ser animales que a pesar de su apariencia hubieran tenido un buen encuentro con un hombre, como las pitones, que sacaron del agua a alguien que se estaba ahogando; esto conllevaba no matar nunca dicho animal y celebrarlo cada año.
- 3º Objetos, como tirachinas porque sin querer alguien sacó a otro un ojo.
- 4º Temporales, como aquí un trece y martes.
- 5º Conductuales, pasar debajo de una escalera es buen ejemplo, pero entre ellos sobre todo los relativos a alterar el orden, como emborracharse o montar escándalos, lo que podía costar muy caro si había reiteración.
- 6º Lugares, como por ejemplo donde se hubiera producido un grave accidente o el lugar donde hubiera vivido un brujo.
tabúes en la cultura y religión Igbo
Se puede entender que todo tenía que ver con la armonía social, como aquí no fumar en un hospital. Las reglas con respecto a estos tabúes servían para educar y gobernar. Esto significaba que aunque alguien hubiera cambiado de pueblo y con ello alguna norma, todos los seguidores de la religión Igbo debían acatar las normas de dicha fe y obedecer a cualquiera de sus representantes en la tierra.
En cuanto a los símbolos, tal vez el más representativo era el Omu una rama joven, de palmera, con la que se sacralizaba asperjando vino de palma.
Era común hacerlo cuando se emprendían viajes y sobre algunos objetos; tras haberlos bendecidos se troceaba entresacando ramitas, entregando una a cada persona y depositando otra sobre los objetos, considerando que esa parte de Omu los dejaba protegidos. Este ritual incluso traspasó las fronteras Igbo.
La influencia católica causó drásticas perturbaciones en la tradición de los reyes y la monarquía de Onitsha, causando profundos cismas en la comunidad de Onitsha. El Obi Okosi se negó a realizar la mayoría de los rituales de entronización que le requerían, especialmente, Ir a Udo y recibir el Ofo del Rey o Eze de Nri.
La influencia católica
Su propia corona realizada con la emergencia del momento fue proporcionada por un administrador, que se trasladó físicamente a sus nuevos terrenos de palacio. La corona que aquí se ve tiene plumas de aves tradicionales, pero también cuenta con una prominente panoplia, que lleva su asistente; está sosteniendo el tradicional espantamoscas de luto u Otinri de la cola de un caballo.
En ese momento, un gran número de Ndi Onicha*2 se negó a dar al nuevo Obi su habitual homenaje, ridiculizándolo como ‘el Rey del Libro*3’ o Eze Akukwo y ‘Rey de los Extranjeros’ o Eze Oyibo”.
*3 Notas: *1 Recordemos que Obi era el título dado al rey de la ciudad de Onitsha. Este ya estaba nombrado por Frederik Lugard, lo que queda palpable viendo el tapiz con los reyes británicos del momento detrás. Lo que el pueblo ya veía como paso cierto a depender de un invasor, no gustándole que su representante, accediera y transigiera a lo que se le imponía. *2 Jefes de ritual o protocolo. *3 Escrito y por tanto claramente obligado y lo peor, aceptado.
los Igbo del Reino de Nri
Hemos visto que los Igbo del Reino de Nri, en su esplendor, ocupaban una vasta región que incluso penetraba en otros pueblos. Esto dejó influencias notables no solo al sureste, sino en la mitad sur de la actual Nigeria durante muchos siglos. Era reconocido el compromiso por la paz de todos aquellos ubicados en las áreas relacionadas con Nri. Concepto el de la paz entroncado en la religión de los Igbo que trataba a la violencia, como “Abominación que contamina la Tierra”.
El Eze Nri podía excluir mediante los Odinani Nri, jefes religiosos, a todo aquel que violara la paz o algún tabú, lo que dejaba marcado y abocado, aunque no impuesto, a exilarse al infractor.
Los adeptos a Ikénga estaban facultados a aislar a grupos o pueblos enteros, de manera que aunque tal aislamiento tan solo tenía que ver con los aspectos religiosos, tal asedio podía equiparase a un aislamiento total, pues convencidos, nadie cruzaba los límites ni para llevar agua.
Esto que puede parecer leyéndolo rayano en lo inhumano, parece que se tomaba con tal normalidad que no se da cuenta de que se pusiera en práctica salvo en algunas personas y puntualmente.
lo ritual y místico
Sabemos que Eze Nri era el título dado a quien gobernaba Nri, cuyo poder abarcaba todo lo relativo a lo ritual y místico y por tanto también político, pero que carecía de todo poder militar. Como se dijo antes, una especie de papa antes de que este accediera al poder terrenal.
Recordamos los siete años, virtuales, que debían pasar entre el fallecido y su sucesor, pero lo que no dijimos es que en el proceso de proclamación, debía visitar durante siete días la ciudad de Aguleri situada junto al río Anambra. Advirtiendo previamente a las autoridades para que prepararan el cetro real o Ududu eze que debía ostentar en cada santuario o deidad de Aguleri a los que debía rendir homenaje.
Como a la tumba de MèNri en Ama Okpu; el lugar donde se guardaban los distintos Ofo; acudir al ritual de purificación del niño virgen de Umuezeora que debía sumergirse para sacar la pella arcillosa con la que hacer la olla ritual Odudu, para el santuario de Nri MèNri; sentarse en el trono de Eri en Obu Gad y como nuevo Eze Nri ir a Enugwu Aguleri; antes de volver a Nri ese séptimo día, en que debía someterse al ritual de su propia muerte y exhumación simbólicas, tras lo que sería ungido de arcilla blanca, conexión con el más allá y símbolo de sus incorruptibilidad.
el Eze Nri
Veremos luego cómo enterraban y se despedían de sus muertos, pero al Eze Nri se le enterraba sentado en su sitial en una especie de habitación excavada, que se forraba de madera previamente para evitar derrumbes. Para los Igbo, el Eze Nri *4 era a todos los efectos un personaje divino.
*4 Nota: Pero aun sabiendo los respetuosos que son con su rey, es curioso observar el que siempre, ellos, escriban el título con minúscula eze, aunque sí en mayúscula inicial el reino, Nri, eze Nri por tanto, aunque yo insista, para hacer ver más claramente lo africano, lo haga, y siga haciendo, con mayúscula previa, en negrita y cursiva, como por ejemplo Eze Nri.
Estos Eze Nri, reyes místicos, vivían en cierto aislamiento que promulgaba el cargo, por lo que eran poco accesibles incluso a sus adeptos, aunque sí contaban con una especie de funcionarios, fervientes seguidores, llamados Ndi Nri. Debían ser expertos en rituales y conocedores del protocolo, a los que se identificaba por las escaras faciales Ichi; altos funcionarios, llevaban en su séquito ayudantes y un emblema ritual de paz con el que purificaba la tierra de crímenes humanos.
Estos Ndi Nri tenían jurisdicción en amplias zonas del País Igbo conocidas como Odinani Nri y tenían poder para nominar al siguiente Eze Nri. Los Ndi Nri debían periódicamente visitar sus zonas preocupándose por sus gentes y asegurando mediante rituales buena salud y abundantes cosechas, procurando que reinara la armonía entre los pueblos.
Odinani Nri
Cada zona u Odinani Nri, era administrada por una personalidad reconocida en ella, que representaba al Eze Nri, ejerciendo la misma autoridad moral, aunque esta titularidad conocida como Ozo o Nze se podía comprar.
Los poseedores de estos títulos eran los conocidos como Mbùríchi que pasaron a ser embajadores o delegados de Nri, ejerciendo el control religioso pero también político que les autorizaba a dictaminar la parcelación y sistemas agrícolas y dictaminar justicia en todo tipo de pleito en que no hubiera derramamiento de sangre.
Todos estos funcionarios, los sacerdotes Ndi Nri o los Mbùríchi pertenecían a Ikénga, la pseudo religión, o secta, adscrita al poder de ‘la mano derecha’.
Nri mantuvo su vasta autoridad hasta bien entrado el siglo XVI, básicamente como se ha dicho por la paz preconizada por la religión Nri e impuesta por la presencia de los Mbùríchi, lo que propició la armonización de la sociedad, que el comercio floreciera y con ello el bienestar general.
Como ejemplos, se han encontrado bronces representando caballos, que por las infecciones de la mosca tse tse era muy raro ver pues no habían sobrevivido en Nri, o los conus, esas conchas marinas, que recorrían un largo camino pues Nri estaba distante de la costa, lo que nos dice el nivel económico de la región.
red comercial
Incluso un dignatario de Nri fue desenterrado con diversos abalorios y objetos de marfil, lo que también da idea del importante comercio que había establecido entre ellos. Otra fuente de ingresos habría sido lo traído de vuelta de sus viajes por los Mbùríchi.
Nri estableció una red comercial con ‘oficinas’ en otros reinos, en un sistema de exportación e importación, que se basaba y potenciaba las manufacturas, la agricultura y la caza, que consolidaba las relaciones y revitalizaba toda la región.
Su mitología dice que Eri, ‘el llegado del cielo’, explicó cómo ‘contar’ los días por sus nombres, Eke, Oye, Afor y Nkwo, que hacían referencia a los espíritus que dictaminaban los sucesos de cada tiempo. Al revelar Eri esa cualidad temporal a los Igbo, estos decidieron solicitar a dichos espíritus poder dedicarlos al intercambio de bienes y conocimientos instituyendo los días de mercado.
Las creencias religiosas eran fundamentales en el Reino de Nri, su tradición oralestablecía que en función del ñame, nuez de palma y el aceite recogido que esta produce, se entregara al Eze una cantidad establecida, tras lo que en un ritual este bendeciría y rogaría para que la siguiente cosecha fuera igual de abundante, lo que aseguraba al Eze un productivo ingreso, fuera la que fuera la producción obtenida. Puesse creía, y temía, que la influencia de las bendiciones del Nri era proporcional a la abundancia de la siguiente cosecha.
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