Máscaras Dogón
Máscara de anciana
Máscara de anciana es otra de las máscaras Dogón icónica para su sociedad.
Antiguamente la máscara se componía de una pieza de fibras entretejidas a modo de yelmo, similar a la Yagulé o Bedu, trenzada a su vez con una peluca de fibras sin teñir que simulaba el pelo blanco, una indicación de la vejez. Desde hace tiempo la máscara evoluciona, cual no, y se presenta cuajadas de blancos caurís simulando arrugas y para refrendar aún más al personaje más relevante, con su cresta de frente y, ver la foto, todas, una y otras, cuajadas de incrustaciones de espejuelos deslumbrantes como lo es el pelo blanco, sinónimo de vejez y de conocimiento.
También pueden ser de madera mostrando el pelo trabajado y un circulo o cresta frontal sobre el cráneo, que según parece representa sabiduría, pero también según versiones, sus característicos turbantes.
el mito de los cuatro antepasados
La máscara de anciana, se correlaciona con el mito de los cuatro antepasados tribales, sobre todo cuando Arou se queda sólo tras discutir con su hermano mayor Dyo. La anciana, en que la máscara se basa, ante los respetuosos y afectuosos modales y porte de Arou, se encandila de el y le otorga dones y poderes sobrenaturales.
Después, tras reunirse con sus otros tres hermanos, Arou se lo cuenta, pero como ellos estaban hambrientos sacó los dones que llevaba que eran alimentos, con los que ellos se saciaron. Parece que nada le dejaron pero con los poderes sobrenaturales otorgados, Arou consigue domesticar a los animales, crear herramientas y propiciar la lluvia.
Los espectadores tras el paso de la máscara, interactúan consecuentemente con el mito. Después la máscara rehace su camino alrededor de la audiencia y el bailarín se sienta en el medio de la plaza recibiendo ofrendas de caurís del público arrodillado ante la máscara. Tradicionalmente, esto es una expresión de respeto hacia los ancianos.
“Se dice que los ojos de la máscara son testigos de la presencia de Amma”. Germaine Dieterlen, pag. 40.
Máscara Sa Ka o Azagay
Dibujo de G.Dieterlen | danzarín actual de la máscara Sa Ku o Azagay. |
Esta es otra máscara basada en otro mito, el de Azagay, más conocido como Sa Ku, se refiere a una etapa básica de la cosmogonía Dogón, y su historia sobre los orígenes del universo. El mito afirma que después de que Amma, el creador, construyera el universo, se tomó un descanso y Yurugu, el zorro, que como siempre tenía animosidad por Ammá, se creyó que había muerto.
El zorro decidió celebrar un funeral por su “padre” y se puso a elaborar cerveza a partir de las semillas, que guardaba ocultándoselas a Amma, y preparando un baile para conmemorar al creador. Pero todo era con la intención de tomar el poder.
“Yurugu quiso mostrar su dominio sobre los hijos de Ammá, los Nommo, y para ello arrancó un trozo de la corteza de un árbol de Sa, el símbolo del sacrificio y la resurrección de los Nommo, con la que fabricó una máscara. Por esto Yurugu, el zorro, fue el primero que instauró los ritos funerarios, pues creó la primera de todas las máscaras, la Sa Ku o Azagay”.
Relatado en: ‘Máscaras y Mitología entre los Dogón’. Germaine Dieterlen
Máscara Dyodyonune o del sanador
Simboliza un curandero, considerado experto en utilizar las plantas y al que el pueblo recurrirá ante cualquier enfermedad o herida física y hasta en algún que otro problema. El portador de esta máscara lleva un cuenco de madera en una mano, que representa un mortero donde macerar hierbas medicinales y en la otra un espantamoscas.
Durante las procesiones Dyodyonune camina junto a otras máscaras, pero en un momento dado se aparta para moverse alrededor del público asistente. El usuario hace una pasta a modo de medicamento dentro del cuenco y con su espantamoscas rocía con ella a los que salen de la línea o estorban durante el baile.
Si una máscara se rompiera o si las fibras se caen al suelo durante el baile, un anciano Dyodyonune desenmascarado lo recogerá y rociará el suelo donde ocurrió el incidente, para purificarlo. Hay doce categorías de enfermedades consideradas tratables, cada una con su propio componente derivado de una planta concreta del que Dyodyonune tiene un conocimiento especial que producirá la cura.
Dyonune el hechicero
Luego está Dyonune el hechicero, tal vez compañero inseparable. Cuando se considera que las enfermedades tienen una base sobrenatural o son el resultado de la brujería, se llama a este hechicero sanador adivino que determinará la causa de la enfermedad a través de la adivinación, luego ofrece sacrificios, amuletos mágicos y conjuros para lograr una cura.
Los dogón atribuyen la enfermedad a una variedad de causas, tales como el debilitamiento de la fuerza vital, el nyama, la creación de un estado de impureza en el individuo a través de las influencias de los espíritus malignos, la violación de un tabú o prohibición o la hechicería. La muerte la conciben como la separación del cuerpo de las dos partes que componen la personalidad, el nyama, o fuerza vital de la vida, y el kikinu, o alma.
Dada la centralidad del culto a los antepasados en la sociedad dogón, las prácticas asociadas con la muerte, a saber, los ritos funerarios iniciales y el Damá, o el levantamiento final del duelo, adquieren gran importancia en la vida ceremonial. Hasta que se complete el Damá, el alma del difunto vagabundea por las afueras del sur de la aldea, a veces en el monte o alrededor de su antigua morada.
el Damá
Después de la finalización del Damá, el alma se aleja del mundo de los vivos y va al gran dios Amma. Las almas de los justos llegan al ‘paraíso’, Ardyenne, o a la ‘casa de dios’, Amma ginu, donde viven una existencia análoga a la que vivieron en la tierra.
Esta máscara de sanador se refiere a Dyon1, el hermano mayor de los ancestros primordiales, que fue el primer sanador experto. Se dice que cuando Dyongo intentó curar a Walu, el antílope, inventó la medicina y en consecuencia produjo el descubrimiento de los productos curativos.
“Los logros de este evento se destacan en la forma de esta máscara de madera”. Dieterlen. Pag. 39.
Las dos figuras en la parte superior de la máscara representan la muerte en la tierra; una es el descendiente de Yurugu, el zorro, llamado Andoumboulou*2, y la otra figura es Dyon, el primer ser humano que murió.
Referencias
*Nota: *1Dyo, Dyon, Dyon Go, Dyongo, Dyongo Seru, son acepciones de un mismo personage. Parece que realmente un jefe de clan emigrado del Mandé, junto con otros tres, hermanos o no, pero que la tradición oral convierte en leyenda y esta pasa a construir un mito e integrarle en él como un ser primigenio, creación directa del Dios Creador.
Aparte del hombre originario del Mandé y posiblemente Soninké, en el mito es el que introduce en el mundo los dones concedidos por dios, como la metalurgia, la agricultura, la cestería etc. además de ser el primer hogón, el primer herrero, el primer músico, el primero que transfigurado en humano muere, etc. Uno de los problemas de la compresión de lo relatado por los expertos, es que los nombres cada uno los escribe como fonéticamente le suenan en su idioma, por lo que un francés un alemán o un inglés pueden hablar de lo mismo y lo escrito casi nunca se parece. Lo de las acepciones es como lo de nuestras vírgenes. Del Rosario del Carmen de la Regla, del Socorro, etc.
*2 Andoumboulou, es el término afrancesado de Andambulu.
Máscara Pullo Yana,el Fulani o Fulbé
Esta máscara también es conocida como Yagulé. El bailarín se disfraza de la muchacha de sus sueños, yagulé, la ideal, y luce el peinado con cresta o mbeedu que imita el de las acicaladas mujeres de origen peul, fulbé o fulani, pues este pueblo nómada recibe nombre en función del lugar donde se encuentran, pudiendo ser además de los anteriores woodabe, bororo o tukolor; aunque M. Grieaule dice que les llamaban pullo, y a esta máscara Pullo Yana.
En ciertas zonas es conocida como bedu, pues tienen a los fulani como beduinos, sin serlo, aunque compartan espacio y ‘modus vivendi’ con ellos, pues son básicamente pastores nómadas. La máscara, como decía, es la representación de la novia, esposa o mujer deseada; es una especie de casco cilíndrico hecho con fibras trenzadas y presenta una cresta que va del occipital al temporal que llaman mbeedu que es a su vez el asidero de la tapa de calabaza de sus útiles, en la cara lleva apertura para los ojos habitualmente circundados de cauris, además el bailarín luce una especie de sujetador que imita los pechos de la mujer con dos medios cocos y una falda de rafia con el color del hibisco rojo.
Antes de compartir territorio y trabajar como pastores para los dogón y pueblos vecinos, los fulani fueron enemigos acérrimos de todos ellos, pues durante los siglos XIV al XVIII se dedicaron a guerrear contra ellos con el propósito de islamizarles. Por lo que esta antigua máscara burlesca tiene que ver con la aversión que en este caso los dogón les tenían.
Durante el reinado de Sheeku Aamadu, un fulani que impuso el Islam, se inició una campaña despiadada contra las expresiones paganas que eran inaceptables para el Islam y no toleró ningún otro tipo de culto religioso. Parece que Sheeku Aamadu sólo consintió los ritos de sanación y más por interés dada la necesidad de buenos expertos en este tema.
Los Fulani
Durante el baile, un perro, que representaba a un pullo, o fulani, era sacrificado de una manera particularmente violenta.
Otros ejemplos de resentimiento hacia ellos, eran visibles en estas danzas de máscaras dogón donde los fulani o fulbé, tanto hombres como mujeres, eran ridiculizados. El enmascarado, que representaba a una mujer pullo, se dedicaba a recoger estiércol de vaca y todo su interés se centraba en el culo de la vaca para no perder ni una partícula.
La máscara representando al hombre pullo, era la viva expresión del vago y estúpido. Esta danza era una sardónica burla a la pereza tan característica de los fulani, a los ojos de los dogón, y especialmente de sus mujeres.
La danza
El bailarín, simulaba frecuentes caídas pidiendo ayuda al público fingiendo estar herido o cansado. Todos sus gestos resultaban abúlicos y negación de cualquier cosa que pareciera trabajar.
Tienen un proverbio:
“Si tiene que hacer un hueco en su catre, la mujer fulani lo hará como nadie”.
Actualmente estas máscaras son fáciles de ver por todas partes de la región, especialmente al norte, pero con actuaciones más acordes a las buenas relaciones que ahora tienen. Es una de las varias máscaras de fibra trenzada.
Hay un artículo de Germaine Dieterlen, publicado en 1989 en el Journal des Africanistes, ‘Mythologie, historie et masques’ que basado en lo ya descrito por M.Griaule, desgrana concienzudamente el orden en que aparecen las máscaras en el ritual y ciertas máscaras ancestrales que ella vio pero cuya presencia no se observa por desgracia ya habitualmente, a otras se les ha cambiado el discurso original o simplemente son desconocidas o han pasado al olvido por no ser decorativamente estéticas o de un material poco sólido o peor aún nada sugerentes. Voy a intentar explicar todo esto.
Amma Tâ
“Hay tres máscaras primordiales que conviene resaltar, Amma Tâ, Sirige y la Kanaga”. Griaule 1938, pags. 470.
Eso vimos anteriormente. Amma Tâ la que hace visible al Dios, es la que da origen a todas. Es una máscara nominativamente desconocida, visualmente poco vista y peor interpretada.
“Esta máscara acompañada por la kanaga y sirige, con sus danzas,rememora las acciones llevadas a cabo al comienzo de la creación del universo por Amma, el dios único inmortal todopoderoso y omnisciente. A su vez se hace ver a través de ella los movimientos con que Amma dotó a ese universo estelar creando el día y la noche y la visualización de las estrellas y sus movimientos” .
Prácticamente desaparecida de las mascaradas.
Pullo Yana el peul o fulani, ya hemos comentado su significado actual. Pero el origen de esta máscara se retrotrae a una época donde los dogón estaban recluidos por la presión que los fulani ejercían contra ellos y a los que describe.
tradiciones orales
Trasmiten en sus tradiciones orales, cómo son y van armados y a caballo y M. Grieaule comenta en ‘Paroles de face’, que esta máscara es Dyobi, el corredor.
“Siempre es bailada por gente muy joven que habiendo cumplido con el rito de iniciación y la circuncisión, está ya capacitado para entrar en la ‘Sociedad de las Máscaras’. El portador va cubierto con una túnica blanca sobre la que cuelgan largas fibras rojas que nacen alrededor de cuello y van cayendo hasta las rodillas; él tiene en una mano una calabaza en la otra una lanza y entre las piernas un pequeño caballo de madera. Dyobi es la primera máscara que sale, lo hace detrás de los tambores. No baila, solo corre alocadamente de acá para allá, circula en desorden y vuelve a unirse más tarde, pero ya permaneciendo al margen. El resto de máscaras que sucesivamente irán apareciendo lo harán en fila india”. Extraído del articulo ya mencionado de G. Dieterlen.
Dyobi también es Ogo en su reencarnación terrenal como un zorro; bajo un aspecto infantil primario pero marcando desde ese momento su independencia. Grieule y Dieterlen 1965, chap Ogo; Sacrifice du Nommo, pag. 246. 63.
Máscaras Dogón Yona
Yona es la máscara del jefe de la mascarada, el que lleva el Yo dommolo el bastón de mando del desfile ritual. Dirige el orden del recorrido y cada intervención.
Más pequeña o grande, con más o menos similitudes, la máscara Sim ‘no’ es una máscara Kanaga.
Sim es la máscara que representa a Nême, una palmera cuya variedad masculina además de muy resistente es imputrescible.
La máscara Sim
Con la máscara se pretende hacer ver y agradecer, la importancia de lo vegetales y su intervención en la fabricación de las máscaras sean de madera o fibras. Esta máscara está hecha con la madera de dicha palmera llamada nême, cuya variedad masculina como se ha dicho es resistente e imputrescible y se utiliza para hacer los pilares que sostienen las terrazas de las casas y los santuarios dogón.
La máscara Sim representa a este árbol pero pretende también hacer notar, que como árbol es de entre los más altos sobre la tierra y resaltar los enlaces que unieron a los Nommo y sus hermanos celestes con la madre Tierra y que son la base del culto totémico. La danza que realiza el bailarín imita el balanceo del árbol cuando sopla el viento.
Tras las mascaradas los danzantes se reúnen, cansados, siendo agasajados por la concurrencia que les ofrece sadi, la cerveza de mijo con la que se cierra el ritual.
Este tipo de máscaras presentadas, son las reflejadas en todos los tratados de los etnólogos que por allí pasaron, como Marcel Griaule, Pascal Imperato en sus estudios de 1960 y 1978, Germaine Dieterlen en 1978, Bemot 1979, Van Beek 1988, entre otros. Son las más conocidas y antropológicamente más importantes.
Pasando de lo esotérico a lo exotérico, las mascaradas, como la tradición oral, sabe ponerse al alcance de los hombres, hablarles según su entendimiento y desarrollarse en función de sus aptitudes. Es a la vez religión, conocimiento, ciencia de la naturaleza, iniciación a los oficios, historia, diversión y recreo.
Máscaras Dogón y sus diferencias
“Las máscaras dogón se pueden catalogar en cinco grupos diferentes, según el material y el tema. Estas cinco categorías incluyen máscaras de fibra que representan pájaros, máscaras de fibra que representan seres humanos, máscaras de madera que representan mamíferos y reptiles, máscaras de madera que representan a humanos y máscaras de madera que representan formas abstractas”. DeMott, pag. 89.
Imina, que es el término para la máscara entre los dogón, no sólo indica el objeto de madera tallada y pintada o de fibras trenzadas y teñidas, o las pelucas que ocultan la cabeza del usuario. Es todo eso, mas el traje y resto de accesorios que se puedan utilizar durante el baile. Las máscaras y los rituales con que los acompañan han ocupado un lugar destacado en la sociedad dogón.
“Las máscaras de madera ocultan por completo la identidad del danzante, y las hay de dos tipos diferentes. Las primeras son las máscaras ligeras, de escaso peso, que se sujetaban a la cara del danzante mediante un pequeño cilindro de madera que unía por abajo los laterales de la máscara y que el bailarín sujetaba con los dientes. El segundo son las máscaras más pesadas que tienen elevadas estructuras y van sujetas al cuerpo. Hay dos tipos más de madera con estructuras faciales. Una a modo de caja con forma rectilínea y con dos rectángulos bajo la frente formando la nariz y con dos huecos triangulares para los ojos. El otro tipo se caracteriza por una frente protuberante y una boca exagerada y dentada”. DeMott, pag. 104.
Según los historiadores, las máscaras, los trajes, ornamentos, accesorios, mimos, canciones, ritmos y bailes que los acompañan, pueden integrarse en la cosmogonía, la mitología, la historia y la religión de los dogón.
Mitología
Mitología y religión son partes cruciales a la herencia de los dogón, quecombinan los dos elementos, el uso de máscaras y el baile para simbolizar la unión del mito y la religión. Cuando se crean las máscaras, se ven aspectos religiosos de animismo en el desempeño de las máscaras, dando vida y espíritu a los objetos inanimados.
Ciertos aspectos mitológicos también están presentes en las máscaras y sirven como la base para su diseño. La máscara cuenta la historia del mito, cuyo significado se representa bailando con ella. Esta simbiosis o conexión entre los dos elementos significa que uno no puede existir sin el otro cuando se trata de una mascarada. Sin la vida, lo material y el espíritu, el elemento religioso de la máscara, no se puede interpretar el mito, que completa el mensaje y lo hace comprensible, es el propósito. A la inversa, sin el elemento mitológico la máscara no tendría objeto, pues aún con vida y espíritu no dejaría de ser un objeto inanimado sin ningún propósito. Con lo que la mitología y la religión, en sus conceptos, se funden en un solo componente, la mascarada. Danza y máscara.
Ponen en boca de Ogotemmêli:
“La sociedad de máscaras es el mundo entero, y cuando se traslada a la plaza pública, es el mundo el que pasa bailando. Debido a que todos los hombres, todas las ocupaciones, todos los extranjeros, todos los animales están representados en las máscaras”.
Fotos de Eliot Elisofon en el Smíthsonian Instítution. Fabricando una máscara |
Juanjo Andreu
Profesor de Bellas Artes y comisario cientifico de arte tribal africano
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