Introducción
Los Igbo suman, a 17/o2/2020 alrededor de cuarenta millones de integrantes, y sus treinta y tres subgrupos se dividen y reparten en más de doscientas ciudades y pueblos, por lo que su densidad es muy elevada, con poblaciones que en ningún caso bajan ahora de los diez mil habitantes; son muy numerosos en el interior del Delta del Niger y con menor población al norte de dicho Delta, aunque hay ciudades situadas en esta región como Awka, capital del estado de Anambra en que se encuentran más de dos millones y medio de habitantes.
Ellos no se vieron afectados como los Yoruba por la invasión Fulah, pues estos no consideraron oportuno penetrar en territorio tan inhóspito, temiendo además que por la humedad del ambiente proliferara la mosca tsé tsé y afectara a sus caballos, por lo que tampoco se vieron sometidos al Islam.
el concepto Igbo del Cosmos
En su vertiente vital, digamos filosófica, es necesario entender el concepto Igbo del Cosmos.El Cosmos es entendido como un espacio infinito de seres visibles e invisibles.
Este Cosmos contiene cuatro fuerzas interrelacionadas: Okike, Alusi, Mmuo y Uwa.
Okike o la Fuerza Creadora, personalizada en Chi Okike o Chineke Dios de la Creación, es la fuerza de donde emanan todas las demás. Chineke está alejado de la percepción de los humanos, no es un espíritu ni tiene ninguna forma física pero influye en nuestro mundo.
Es la fuerza creadora de todo lo visible y lo invisible. Las fuerzas que nos ayudan o perjudican en nuestras vidas y las fuerzas físicas del universo, todas ellas han sido puestas por esta Fuerza Suprema, por razones definidas, para coexistir en armonía y favorecer su multiplicación y evolución.
Alusi
Alusi son fuerzas sobrenaturales que a veces asumen los atributos de los seres humanos. Cada comunidad respeta y venera a alguna de estas fuerzas o espíritus.
Mmuo son los espíritus de los que vivieron, de los antepasados.
Cuando un hombre o mujer muere, tras haber llevado una vida tenida por los suyos como amable, benefactora y gratificante, pueden convertirse en un Nna mmuo o una Nne mmuo, respectivamente. Un espíritu protector de su familia y su comunidad.
En cambio, cuando un hombre o una mujer han sido negativos para los suyos, o cometieron pecados imperdonables, pueden convertirse en un Kwensu, o espíritu maligno; en una Owummiri, especie de sirena maligna; en un Amaosu, sanguijuela, vampiro o algún otro espíritu del mal.
Uwa es nuestro mundo, o la fuerza de la Naturaleza. Éste es el mundo en el que vivimos, se compone de dos partes distintas: Igwe y Ala:
Igwe es el firmamento, y a su vez se compone de Ulukpu, las nubes; Onwa la luna; Alaigwe, las estrellas; e Ikuku los vientos.
Ala, la tierra, está compuesta de Mmadu, los seres humanos; Anumanu, los animales; Ofia los bosques, la vegetación y Mmiri, el agua.
Todas estas fuerzas y sus distintos componentes están interrelacionados y en armonía entre sí. Por ejemplo, entre los diferentes componentes de la tierra se da una coexistencia constructiva, que asegura la consecución futura de la cadena alimenticia, y de la fuerza de la Naturaleza que controla incluso las actividades de los espíritus benéficos y maléficos, sobre todo cuando, erradamente, intentan dirigir el destino de los seres humanos.
Eri
En su ideario mítico, algunos se dicen descendientes de Eri, un personaje deificado que según el folclore Igbo, llegó del cielo enviado por Chineke su Dios Creador, para que comenzara la civilización.
Unos creen eso directamente, aunque otros edulcoran o precisan su presencia con un relato que presenta a Eri como uno de los hijos de Gad, el personaje bíblico del Génesis, que en su periplo llegó a Aguleri donde se estableció.
Allí, uno de sus descendientes MèNri’se cuenta la tradición que fue el fundador del Reino de Nri en el País Igbo.
Esto es para algunos de ellos, actualmente, el punto crucial de su origen y pertenencia al Reino de Israel considerándose judíos.
Religión Igbo
Hemos dicho que tampoco la religión les aunaba. Ahora sí, casi todos son cristianos.
Pero sigamos en sus orígenes.
Cierto que usaban distintos nombres para llamar a su religión, ceremonias y a los sacerdotes que las servían, pero desde luego en la práctica y generalmente, su comportamiento social y moral, era encomiable, aunque sí, ciertamente había excepciones, como en todas partes.
Una cosa son los conceptos básicos, como dios o demonio, bien y mal, y otro es qué y cómo se interpreta y ponen en práctica los conceptos morales y sociales en relación con los demás.
El término religión lo nombraban de distinta manera, pero no así a dios y parte de sus acompañantes que todo el grupo los define de igual manera; no tenían demonio especifico aunque sí el mal en todos sus aspectos.
En mi opinión y por lo que sé y veremos, me asombran también estas personas, como tantos otros en África, por su posición ante el respeto, su moralidad y el cumplimiento de las reglas que se dan, en las que genéricamente prevalece la idea de grupo por encima de la personal.
Y hablo de cómo eran, aunque también y a pesar de la globalización, de cómo son.
Presión colonial
Como sucedió con otros pueblos, la presión de la potencia colonizadora con la confusión que resultaba del relato de cada misionero colono o delegado a una región, resultó en solucionar el tema obligándoles a adscribirse a algunas de la religiones llegadas de la metrópoli, lo que tampoco solucionó mucho si no fue para tenerlos más controlados.
Para entender la jerarquía que rige su Odinani, o religión mayoritaria, conviene por tanto acudir a varias fuentes para entenderlo. En principio oiremos, o podemos oír que su Creador es Chineke, Chúkwú o Chi.
Aclaremos esto:
Chineke es una palabra compuesta por Chi, concepto del Creador; nà pronombre que significa ‘eso’; ékè verbo crear. Chineke significa por tanto el Creador o Dios que creó todas las cosas.
Chúkwú es el concepto supremo que encierra el Chi, aquel que crea. Concepto que parece tener origen y difundirse a partir de los Aro, los Igbo de Arochukwu, situados en el este del territorio Igbo, promovido por el Oráculo de Ibini Ukpabi, con gran influjo espiritual al este del Delta del Níger durante el siglo XVIII.
Chi en la religión Igbo
Chi sería por tanto la parte física, no conceptual, de ese Dios Creador al que aunque físico nunca representan, ven, se dirigen o invocan.
Este dios creador sin embargo no desampara a los Igbo, sino que delega su ayuda en algunas de sus múltiples y específicas facetas que se personalizan en los Alusi, tenidas como deidades menores, invisibles, con características propias y diferentes entre sí, asociados a cielos, ríos, montes, ancestros o antepasado fundador.
Por ejemplo, a las que honran en santuarios o casa de reunión de los hombres, M’bari, donde guardan grandes figuras alusivas, a menudo en parejas, acompañadas de otras más pequeñas que semejan el entorno familiar, padre, madre o hijos, que a veces sirven de embajadores para interceder a Ikénga.
Ikénga literalmente es ‘la mano derecha’, deidad que propicia el logro y el poder que lo logrado proporciona. Como idea, ‘corporiza’ el Chi, abstracción de dios y su poder que usa el pueblo o una persona, se activa mediante oraciones y sacrificios.
Ikenga
Todo varón Igbo posee uno cuando se casa o establece y que incorpora a su panteón privado. Antiguamente, a la muerte del propietario, se partía en dos, como símbolo de hasta qué punto conformaba un solo ser con el difunto, en los últimos tiempos se colocaba en el altar de los antepasados.
Los grandes Ikénga, son comunitarios y de linajes, y es el ‘rey’ que unifica, a él se le presentan todos los varones nacidos ese año y en una tumultuosa procesión anual se le pasea por el poblado, deteniéndose en puntos concretos donde bendice a sus moradores.
Luego están los Alusi, figuras pintadas de rojo, ocre y blanco, que simbolizan a los antepasados y pueden llegar a ser, como la figura del Ikenga, la corporización o receptáculo del espíritu de la persona representada.
Las escarificaciones que muestran revelan el estatus y rango social de los personajes que representan y se les adorna o repinta en cada ritual o cuando están ya muy deterioradas se las sustituye.
Los Alusi en la religión Igbo
Los Alusi tienen el poder de discernir entre conflictos y reclamaciones, teniendo el acusado que realizar un juramento en el santuario, e infligiendo el oráculo una enfermedad si este ha mentido. Dándose el caso que si el hombre muere, todos sus bienes pasaran a ser propiedad del santuario.
La eficacia de estos Alusi, y su temor los hizo tan célebres que había quien acudía desde muy lejos para resolver sus disputas.
Ala o Ale es uno de estos Alusi y tal vez la más importante pues hablamos de la Madre Tierra,a quién veneran en santuarios donde se le rinde culto y ofrendas. Hay otras Alusi femeninas como:
- Anyanwu una de las deidades solares.
- Ani, faceta de Ala asociada a la naturaleza y fertilizadora de la tierra.
- Idemmili una de las diosas del agua y madre del río Idemili situado al norte del estado de Anambra junto a Oba su capital y teniendo al sur la ciudad de Akwu Ukwu. Ahja Njoku diosa del ñame, tubérculos y en general los cultivos.
Deidades por influencia europea
Por influencia europea:
- Ahobinagu el dios de los bosques.
- Aro el dios de la sentencia.
- Agwu el dios de la adivinación y sanación.
- Njoku Ji el dios del ñame, los tubérculos o por lo general de los cultivos rastreros. Ogbunabali el dios de la muerte.
Los Alusi a su vez vigilan los puntos cardinales encargándose Afo del norte, Nkwo del sur, Eke del este y Orie del oeste.
Ekwensu es quien establece el comportamiento de cada persona en función de las pruebas que Chúkwú, cual Titán, realizó según la mitología igbo, actúa por tanto como fiscal, siendo aquel que investiga nuestros actos. Se le considera también como guardian o dios de los muertos que no espiritualizaron su ser y del submundo donde estos viven, algo similar al infierno.
Representación de Ogu na Ofo
Los Igbo son un pueblo bantú y como tales están impregnados de unos valores sobre la justicia que visualizan y simbolizan en el Ofo y Ogu, entre esos valores está el de la justicia retributiva. Por ello creen que Ofo y Ogu garantizan, que si se acusa a un inocente, la verdad prevalecerá exponiéndose el incumplidor tras invocar a Ogu na Ofo, a la ira de Amadioha el dios del trueno.
Antes citamos el Oráculo de Ibini Ukpabi donde el Ogu na Ofo tenía tras Ikenga y Alusis un lugar preponderante y se dice que los criminales convictos por su dictamen “eran comidos por los dioses”. Lo cual quería decir, que: “…estos ‘criminales’ fueron enviados por la puerta de atrás a Calabar, donde fueron vendidos como esclavos y enviados a las Américas”.
El Ofo es un objeto simbólico. Es el símbolo sagrado de la verdad, la autoridad, la justicia, el derecho y el poder administrativo. Otorga, principalmente al titular o portador, la facultad de ofrecer sacrificios, realizar rituales, hacer oraciones, jurar y emitir juicios, ejercer dictámenes políticos deliberados previamente dentro de la familia, clan o comunidad, e invocar bendiciones o maldiciones.
Del mismo modo, el Ofo puede estar hecho de bronce, latón o madera. Es un objeto de carácter ancestral que solo a la muerte de quien lo ostenta debe recaer en manos de su primogénito varón, Okpara, temiendo una calamitosa desgracia si no lo hubiera.
Odinani u Omenala
Odinani uOmenala es la religión Igbo mayoritaria al sureste de Nigeria.Odinani u ọ̀dị ̀nànị ̀escrito en Igbo comprende las creencias culturales y prácticas religiosas tradicionales del pueblo Igbo. Odinani es una fe monoteísta con Chineke llamado también Chukwu en su faceta de Creador, como deidad suprema que abarca aquello que conocemos y lo que no, indefinible por ello, y que abarca el espacio universal que vemos y el que imaginamos.
Asimismo, Odinani desgrana sus creencias en base a las virtudes de Ala, Deidad de la Tierra, primera creación de Chineke el ‘Espíritu Supremo e Inconmensurable’.
Chineke, en sus múltiples facetas, llamadas Agbara o Alusi delega la asistencia a los hombres y controla las diversas manifestaciones del Mal.
Los creyentes de Odinani, se saben protegidos por su propio Chi, una especie de ángel de la guarda que se le dio al nacer y no le abandonará hasta el fin de sus días en la Tierra.
El Chi es lo predestinado a la persona, lo que le imprime personalidad y da carácter, reivindica sus éxitos y apoya en los fracasos y desgracias. Es el Chi, el que determina, prevé, promueve y otorga los éxitos del individuo en su vida según su proceder, pero no se puede pretender o tendrá graves consecuencias, intentar sobrepasar la importancia y valor del propio Chi.
En la mitología Odinani
En la mitología Odinani encontramos otros espíritus menores, entre ellos están:
- Ekwu: es el espíritu vital o del corazón y a su vez el de la casa.
- Ikoro: espíritu del tañido y dispersión acústica del tambor.
- Mbatuku: el espíritu que guarda y otorga fortuna, riqueza.
- Miri Imo: nombre genérico del espíritu del río.
- Okwara Afo: exclusivo de los Nkwerre del estado de Imo es el dios de los mercados y las actividades mercantiles.
- Aju mmiri: diosa del mar en Nkwerre lo es a su vez de la prosperidad, la fertilidad y el bienestar general.
- Ogbuide: es para los habitantes de Oguta y poblaciones asociadas la diosa del agua.
- Urashi y Enyija: son los dioses de los ríos del mismo nombre.
- Ezenwaanyi – Owummiri: es un espíritu femenino del agua, que se ensoña como mujer seductora o sirena.
Este desglose nos habla claramente de su dependencia del Delta y las aguas que lo surten.
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